TRADICIÓN KRISHNAMACHARYA

Krishnamacharya “una leyenda”

Quizá nunca hayas escuchado hablar de él, pero es posible que Tirumalai Krishnamacharya haya influenciado e incluso inventado tu Yoga.

Ya sea que practiques las series dinámicas de Pattabhi Jois, el refinado alineamiento de B.K.S. Iyengar, las posturas clásicas de Indra Devi o el Vinyasa del ViniYoga hecho a tu medida, tu práctica se origina en la misma fuente: un bramin de un metro cincuenta y cinco nacido hace más de cien años en una pequeña aldea del sur de la India. No cruzó jamás ningún océano, pero el Yoga de Krishnamacharya se ha esparcido por toda Europa, Asia y las Américas.

Es difícil encontrar hoy día una tradición yóguica cuyas asanas no haya influenciado. Aun cuando aprendas de algún yogui apartado ahora de las tradiciones asociadas con Krishnamacharya, es bastante probable que tu maestro haya estudiado previamente el método Iyengar, Ashtanga, o Viniyoga antes de desarrollar su propio estilo. Rodney Yee, que aparece en numerosos y populares videos, estudió por ejemplo, con Iyengar. Richard Hittleman, un conocido yogui de la T.V. de los años 70 estudió con Devi.

Otros profesores han incorporado enseñanzas de varios estilos basados en Krishnamacharya, creando a su vez métodos particulares tales como el White Lotus Yoga de Ganga White y el ISHTA Yoga de Manny Finger. La mayoría de los profesores incluso de estilos no directamente relacionados con Krishnamacharya – Sivananda y Bikram yoga, por ejemplo – han sido influenciados por algunos aspectos de las enseñanzas de Krishnamacharya. Muchas de sus contribuciones han sido integradas de tal modo en el tejido de la tela del Yoga que, la fuente ha sido olvidada. Se dice que Krishnamacharya es responsable del moderno énfasis en Śirṣāsana (paro de cabeza) y Ssarvāṅgāsana (equilibrio sobre los hombros). Fue pionero en el refinamiento de las posturas, en optimizar sus secuencias y en atribuir valor terapéutico a asanas específicas. Al combinar prāṇāyāma y āsanas, hizo de las posturas una parte integral de la meditación, en lugar de ser un paso en el camino que a ella conduce. En efecto, la influencia de Krishnamacharya se puede apreciar, más nítidamente, en el énfasis en la práctica de āsanas, que ha llegado a ser la rúbrica del Yoga de hoy. Probablemente no ha existido otro yogui que haya desarrollado tan deliberadamente las prácticas físicas. En el proceso, transformó el Atha – que era un oscuro riachuelo del Yoga – en su cauce principal. El resurgimiento del Yoga en India le debe muchísimo a sus innumerables tours y demostraciones, durante los años 30 y también a sus cuatro más famosos discípulos – Jois, Iyengar, Devi y a su propio hijo T.K.V. Desikachar, que han jugado un enorme rol en la popularización del Yoga en Occidente.